Este es el primer día de una nueva vida. Dicho así, podría creerse que voy a hacer una declaración de intenciones de lo más trascendental, pero no. Me refiero a que con estas palabras cumplo un encargo: en el marco de un curso que acabo de comenzar sobre la web 2.0, una de las primeras tareas era la creación de un blog, y aquí está. Lo que no tengo tan claro es la duración de esta nueva vida de bloguera, quizás me engancho para siempre, o quizás no.
El curso al que me refiero consta de dos partes. una presencial y otra virtual. Nos reunimos durante la tarde del viernes y todo el sábado en Santiago los 30 alumnos y 8 entusiastas profesores venidos de diversas comunidades. La experiencia me ha resultado fantástica. He conocido a nuevas personas, he vuelto a ver a compañeros que no veía desde los tiempos de la facultad y he abierto los ojos a un nuevo mundo que conocía vagamente y me parece fascinante. Lástima que las prácticas sobre este mundo virtual hayan tenido que ser de lo más virtuales gracias a la caída del servidor. A ver quién puede presumir de hacer un curso basado en internet, pero sin conexión: parece un mal chiste. Nuevamente la realidad supera a la ficción. Y hablando de superar, a los profes no los superan estas naderías, y resolvieron sabiamente la situación, con planes alternativos que paliaron las deficiencias provocadas por ese servidor inservible. Bravo por ellos (y ellas).
El curso al que me refiero consta de dos partes. una presencial y otra virtual. Nos reunimos durante la tarde del viernes y todo el sábado en Santiago los 30 alumnos y 8 entusiastas profesores venidos de diversas comunidades. La experiencia me ha resultado fantástica. He conocido a nuevas personas, he vuelto a ver a compañeros que no veía desde los tiempos de la facultad y he abierto los ojos a un nuevo mundo que conocía vagamente y me parece fascinante. Lástima que las prácticas sobre este mundo virtual hayan tenido que ser de lo más virtuales gracias a la caída del servidor. A ver quién puede presumir de hacer un curso basado en internet, pero sin conexión: parece un mal chiste. Nuevamente la realidad supera a la ficción. Y hablando de superar, a los profes no los superan estas naderías, y resolvieron sabiamente la situación, con planes alternativos que paliaron las deficiencias provocadas por ese servidor inservible. Bravo por ellos (y ellas).
Muchas gracias por esas palabras, Magdalena. Compensan el mal sabor que nos llevamos por no haber podido ofreceros lo que estaba previsto. Muchas gracias también por la acogida y el cariño con el que nos habéis tratado. Si la Xunta se entera, os contrata de anfitriones permanentes, porque el recuerdo que nos hemos traído es fantástico. Me ha alegrado muchísimo conocerte.
ResponderEliminarEnhorabuena por tus primeros pasos en la blogosfera clásica. Como dices, nunca se sabe si es para mucho tiempo o para poco, porque como no nos cansamos de repetir, estas aventuras tienen sentido pleno si se disfrutan y hay que dejarlas descansar cuando empiezan a ser un agobio. Por eso, espero que disfrutes de este espacio mucho, mucho tiempo para que sigamos teniendo la fortuna de leerte.
Nos seguimos leyendo en la red.
Gracias a vosotros, de corazón. Como ya comentamos en el curso (virtual), la experiencia ha sido de lo más gratificante. Y el fallo del servidor al fin y al cabo fue ajeno a vosotros y a nosotros. Lo que queríamos era evitar que os fuérais con la sensación de no haber aprendido nada, de haber perdido el tiempo.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde Canarias. Y feliz vida de bloguer... ;)
A riesgo de ser repetitivo, gracias a vosotros por vuestra atención, tesón y ganas de trabajar.
ResponderEliminarEspero que nuestras lecturas cibernéticas sean duraderas...
Magdalena, o centauro ensinou o camiño, agora, os profes de clásicas de Galicia, temos que poñernos en marcha, e mirar uns para outros, que ninguén se quede atrás...
ResponderEliminarNoraboa polo blog, e que teña larga vida...
Muchas gracias a vosotros por la cálida cogida. Intentaremos corresponder a distancia para que todo funcione, ahora sí, la mar de bien.
ResponderEliminarY ánimo con el blog... cuanto te toque hacer en él los 'deberes'.
Saludos cordiales.
Luis.