De repente en Grecia, sin saber muy bien ni cómo, ni cuándo, ni porque, o quizás si?...
Apenas unas horas atrás estaba en mi país, en mi ciudad, en mi casa y al abrir los ojos me doy cuenta que todo aquello es desconocido para mí.
Realmente nunca me creí que íbamos a viajar a Grecia, y una vez allí tampoco era consciente de donde estaba.
Sé que desbordábamos ilusión por todos los lados, por lo menos yo y las 8 personas que en esos momentos conocía, supongo, aunque la verdad no es que me fijara mucho, que el resto de nuestros compañeros de viaje también.
Cuando por fin reaccione y me di cuenta que estaba en Atenas y observe todo aquello q me rodeaba, dos sentimientos muy diferentes me inundaron. Por una parte me sentí súper feliz porque por fin iba a conocer una pequeña parte de un país donde siempre había soñado viajar, por otra la tristeza y la pena, ya que contemple una ciudad pobre, triste y decadente, y sentí tristeza al pensar todos los años de historia que guarda esa ciudad y que mal se conserva en nuestros días...Pero la tristeza duro poco cuando paseando por la ciudad de Plaka pude ver una acrópolis inundada por la oscuridad de la noche, iluminada por unos pequeños focos, fue impresionante como todo lo que ocurrió desde ese momento hasta el sábado de regreso.
Podría describir cada día, cada detalle y cada segundo…todo lo que guardo en mi memoria, pero de momento prefiero dejarlos allí aunque si os hare participes de uno de esos recuerdos, de unos de los momentos en que más impresionada me sentí, cuando contemple el teatro Epidauro, las vistas son maravillosas, está situado en plena naturaleza, en un situó muy acogedor. Me quede anonadada cuando vi semejante teatro, pero más me sorprendí cuando nos dijeron el foro que abarca y cuando comprobamos la acústica que tiene. Es como sumergirse en otro mundo, maravilloso.
Solo pensar que hace miles de años se representaron en ese teatro comedias y tragedias griegas originales y que yo estaba pisando ese suelo, que estaba sentada en las mismas gradas donde se contemplaban, me puso los pelos de punta.
Si mi felicidad en esos momentos era “poca”, mi cara se me termino de iluminar cuando, una vez arriba de todo, una voz me hizo darme cuenta de que estaba en un teatro clásico, con una frase tan simple como esta:”Julia, esto es un teatro” y sentí que una sonrisa inundaba mi cara por completo y fue justo en ese momento cuando me di cuenta del momento, y la ocasión que se me estaba ofreciendo con este viaje, porque aunque la experiencia de la Acrópolis es también indescriptible nada como algo que realmente te llena para darte cuenta de lo que estás viviendo.
Espero que disfrutarais de este pequeño relato, que describe una de las experiencias más especiales que hasta ahora he vivido.
Apenas unas horas atrás estaba en mi país, en mi ciudad, en mi casa y al abrir los ojos me doy cuenta que todo aquello es desconocido para mí.
Realmente nunca me creí que íbamos a viajar a Grecia, y una vez allí tampoco era consciente de donde estaba.
Sé que desbordábamos ilusión por todos los lados, por lo menos yo y las 8 personas que en esos momentos conocía, supongo, aunque la verdad no es que me fijara mucho, que el resto de nuestros compañeros de viaje también.
Cuando por fin reaccione y me di cuenta que estaba en Atenas y observe todo aquello q me rodeaba, dos sentimientos muy diferentes me inundaron. Por una parte me sentí súper feliz porque por fin iba a conocer una pequeña parte de un país donde siempre había soñado viajar, por otra la tristeza y la pena, ya que contemple una ciudad pobre, triste y decadente, y sentí tristeza al pensar todos los años de historia que guarda esa ciudad y que mal se conserva en nuestros días...Pero la tristeza duro poco cuando paseando por la ciudad de Plaka pude ver una acrópolis inundada por la oscuridad de la noche, iluminada por unos pequeños focos, fue impresionante como todo lo que ocurrió desde ese momento hasta el sábado de regreso.
Podría describir cada día, cada detalle y cada segundo…todo lo que guardo en mi memoria, pero de momento prefiero dejarlos allí aunque si os hare participes de uno de esos recuerdos, de unos de los momentos en que más impresionada me sentí, cuando contemple el teatro Epidauro, las vistas son maravillosas, está situado en plena naturaleza, en un situó muy acogedor. Me quede anonadada cuando vi semejante teatro, pero más me sorprendí cuando nos dijeron el foro que abarca y cuando comprobamos la acústica que tiene. Es como sumergirse en otro mundo, maravilloso.
Solo pensar que hace miles de años se representaron en ese teatro comedias y tragedias griegas originales y que yo estaba pisando ese suelo, que estaba sentada en las mismas gradas donde se contemplaban, me puso los pelos de punta.
Si mi felicidad en esos momentos era “poca”, mi cara se me termino de iluminar cuando, una vez arriba de todo, una voz me hizo darme cuenta de que estaba en un teatro clásico, con una frase tan simple como esta:”Julia, esto es un teatro” y sentí que una sonrisa inundaba mi cara por completo y fue justo en ese momento cuando me di cuenta del momento, y la ocasión que se me estaba ofreciendo con este viaje, porque aunque la experiencia de la Acrópolis es también indescriptible nada como algo que realmente te llena para darte cuenta de lo que estás viviendo.
Espero que disfrutarais de este pequeño relato, que describe una de las experiencias más especiales que hasta ahora he vivido.
Aprovecho para darles las gracias a mis 7 compañeras y a Magdalena, porque sin ellas este viaje no hubiese sido lo mismo.
Y si alguna vez tenéis la oportunidad de visitar Grecia, no lo dudes, merece la pena.
Besitos…^^
Juli.
Y si alguna vez tenéis la oportunidad de visitar Grecia, no lo dudes, merece la pena.
Besitos…^^
Juli.
Bueno Julita, xa vexo que describiches as tuas emocións moi detalladamente, non coma eu. Gustoume moito o teu relato!!!!!
ResponderEliminarQue ilusión ó recordar todo iso!!!!
Besiños!!!!
Ata mañá!
Eugenia