En Egipto, y más tarde en Babilonia, los aniversarios del nacimiento eran registrados y celebrados en el caso de los niños pertenecientes a la realeza y de sexo masculino. Las fiestas de cumpleaños se desconocían entre las clases bajas, y entre todas las mujeres, excepto la reina. Sólo un rey, la reina o los varones nobles de muy alto rango tenían reconocida la fecha en la que nacieron, y sólo entre ellos se conmemoraba ésta anualmente.
Los griegos adoptaron la costumbre egipcia de celebrar los cumpleaños, y a partir de los persas, reputados entre los grandes reposteros de la Antigüedad, incorporaron un pastel especial. El escritor Filocoro nos explica que los adoradores de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza, celebraban el cumpleaños de ésta el sexto día de cada mes, preparando una gran tarta a base de harina y miel. Ciertos datos sugieren que el pastel de Artemisa pudo haber estado adornado con velas encendidas, puesto que las velas representaban la luz lunar, la irradiación de la diosa hacia la Tierra.
Los cumpleaños de las deidades griegas se celebraban con carácter mensual, por lo que cada dios era festejado con doce conmemoraciones al año. En cuanto a los mortales, los cumpleaños de las mujeres y de los niños se consideraban indignos de celebrarse, pero el del cabeza de familia se conmemoraba con un banquete.
Los griegos denominaban estos festejos dedicados a los varones vivos Genetblia, y las celebraciones anuales proseguían años después de haber muerto el agasajado, con unas conmemoraciones póstumas conocidas como Genesia.
Los romanos añadieron un nuevo matiz a las celebraciones del cumpleaños. Antes de comenzar la era cristiana, el Senado instauró la costumbre (todavía practicada hoy) de considerar los cumpleaños de los estadistas más importantes como festividades nacionales. En el año 44 a.C., el Senado aprobó una ley por la que el aniversario del asesinato de César se convertía en festividad anual, realzada por un desfile público, una sesión especial de circo, combates de gladiadores, un banquete vespertino y la representación de una obra teatral.
Espero que os haya parecido interesante :)
Felicidades, Jen!!!
ResponderEliminarY yo sin saberlo, me presento en clase de griego con un regalito "sorpresa". Ya sé que Jenofonte sin previo aviso no es la mejor manera de celebrar un cumpleaños, y menos los 18 (es cierto, no necesitas el permiso policial para ir a italia), pero no tenía ni idea.
En fin, el mal ya está hecho.
la entrada muy interesante, con información curiosa.
Nos vemos mañana en clase.
Un beso
Cierto, no fue un buen regalo, Magdalena. Si lo llego a saber te avisaba de que era su cumple y así no nos hacías esa sorpresita. jajaja Jeeeen! (: FELICIDADES PELUCHITO! jajajaja te lo seguiré diciendo mil veces porque todavía quedan dos horas para que acabe tu cumple jajaja. TE QUIERO! :)
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos =) jeje
ResponderEliminaraunque Magdalena,mira que te insistí en que no era necesario que me regalaras nada eh...u.U jajaja
Hasta mañana!
Muy buena la entrada Jenny!
ResponderEliminarY muchisimas felicidades :)
¡Que buena tu entrada!
ResponderEliminarFeliz cumpleaños jeje
Un beso.