La boda romana

Ayer he estado en una boda de la hija de unos amigos de Lucilia, en parte la pedida de mano es igual que en España, hemos conservado esa tradición, pero en Roma las mujeres se casan muy jóvenes.

La ceremonia consistió en el enlace de los dos, la novia primero está sometida a la potestas del padre y luego pasará al poder del marido; ella se convirtió en mater familias. Me contó Lucilia que el día anterior la mujer que se casa debe dejar atrás todo lo que la identifique con ser una joven y los juguetes se los ofrecía a los dioses. La casa se decoraba con flores y ella se vestía con una túnica blanca, un velo anaranjado y una corona.

Luego, fuimos a casa de la mujer, al banquete. Después del banquete tocó la parte en el que el novio raptó a la mujer de los brazos de su madre para llevársela a su casa, esta conducción se hizo con cortejo iluminado por antorchas y con músicos con flautas. En eso me fijé que tenemos la misma costumbre que los romanos porque el novio también suele llevar a la mujer en brazos hasta la casa, los romanos lo hacían para que la mujer no pudiera caer al entrar en la nueva casa porque eso era como un símbolo de mal augurio. Una vez que la joven ya estuvo dentro de casa se le hizo entrega de las llaves de la casa, y el fuego y el agua que simbolizaban su papel como mater familias, al frente del hogar y la unión de los esposos.

Hoy hemos estado por la mañana otra vez los que estuvimos ayer en la boda porque hoy tenían que hacer los sacrificios a los penates y lares (Los dioses de cada familia), y le dieron a la mujer los regalos del marido y de la familia.

Me ha encantado esta experiencia de la boda, la verdad es que me lo he pasado muy bien, también os tengo que decir que Lucilia y su familia me están tratando genial, pero me da pena que falte tan poco.

Os seguiré contando.