Soy Xalo, estoy en la batalla de las Termópilas, ya es el último día de esta batalla que lleva una semana, es demasiado fácil, mato a los persas como si nada, un juego de niños. Después de tantos entrenamientos intensivos soy imparable. Siento el espíritu de Ares, el dios de la guerra, en mi interior. El famoso y poderoso ejército del rey persa Jerjes no es para tanto como decían.
Soy Marta, después de estos días en esta caja, un guerrero persa, comienza a darme conversación en su idioma aunque no lo entiendo, me lleva frutas, queso y pan. Dice que con el cuchillo del queso puedo cortar mis cuerdas y escapar. No me puede liberar porque está vigilado por el rey Jerjes, ya que él es su mano derecha, y yo soy una supuesta espartana y una mujer. Él está enamorado, yo no, pero le utilizo porque me conviene. Por fin puedo huir, me sentía como Europa cuando fue raptada por Zeus. O como cuando la princesa Dánae estaba encerrada por su padre.
Comienzo a huir alocadamente, entre lanzas y espadas me escapo a lo lejos de la batalla. Llegó hasta las montañas.
(Al mismo tiempo) Soy Andoni, Pedro y yo estamos viendo a Marta huir con un cuchillo en las manos, corremos detrás de ella para que no haga daño a nadie. Está tan loca como Hércules cuando enloqueció y mató a sus tres hijos y a Mégara. No la encontramos por ninguna parte. No nos reconoce porque está loca tras hablar durante días con conchas de caracol.
Tras días de batalla en los que intentamos escaquearnos de la mayoría de trabajos, salimos ilesos.
Vuelvo de las montañas, echo de menos a la prima Eva, cuando estoy pasando por el campamento espartano, viene un chico que se hace llamar Xalo, eso no es el Xalo que conozco, él miente, el otro Xalo era negro, de ojos morados y pelo amarillo, entonces tomo la decisión más lógica y le clavo mi cuchillo en el hígado, pero como no me acuerdo donde está el hígado se lo clavo en las costillas. Al verlo así me doy cuenta que si que es el Xalo de siempre y comienzo a llorar pensando que ahora está en el Hades por mi culpa. Entonces solo encuentro una solución, desaparecer.
Tras todas las bajas y la victoria de los persas, decidimos huir al ver que no nos terminábamos de dejar vencer. Pedro, Andoni y yo volvemos al presente y me curo en un hospital tras meses de recuperación. No volvimos a saber nada de Marta, y tras ese desastroso viaje no queríamos pensar en ello ni contárselo a nadie, ni siquiera a Magdalena, ya que entonces la culpa caería sobre sus hombros.
(3 meses después) la desaparición de Marta es confirmada por la policía.
(6 meses después) nosotros perdemos la esperanza de su regreso.
(9 meses después) Marta vuelve pensando que es una espartana de pura cepa: hablando griego, con un vestido blanco propio de Grecia, y con una sensación de estar desubicada. La gente se queda estupefacta al no saber su historia.
(Marta) Les cuento que cuando por fin fui libre y cuerda, fui junto al bando espartano. Jerjes volvió a Asia, pero dejó al general Mardonio al mando de las tropas restantes, para completar la conquista de Grecia. Al año siguiente, sin embargo, nuestras tropas aliadas, que nunca se habían dado por vencido, consiguieron la victoria decisiva en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión Persa, al cumplir mi cometido, me sentí alegre de volver a casa. Le expliqué todo a Xalo, y él me perdonó.
y ni ellos ni yo contaremos la historia jamás.
Al fin todo vuelve a la normalidad, o casi...
Pobre marta, que miedo tuvo que pasar al volver después de 9 meses al presente. Por no hablar de xalo...
ResponderEliminarLo que más me gusta de esta entrada son la cantidad de referencias que hacéis al mundo clásico y a la mitología.
ResponderEliminarNo sabía que Hércules había matado a sus tres hijos y a Mégara cuando se volvió loco.
Al leerlo estaba nervioso a ver si Marta llegaba a casa sana y salva y porfin lo hizo. Qué alivio!
¡Oh por todos los dioses griegos!, pobre Marta, enloquece y nadie la va a buscar, solo esperando a que vuelva y nadie la va a buscar...
ResponderEliminarPobre Marta!! Espero que recupere pronto la cordura y deje de habar griego si no queréis que la gente sospeche
ResponderEliminarNo me quiero ni imaginar como se tuvo que sentir Marta al regresar a la actualidad, ¿que se le tuvo que pasar por la cabeza?
ResponderEliminar