Todo empezó el viernes 12 de febrero. Por la tarde, todos repasábamos las maletas, comprobábamos que todo lo electrónico estuviese debidamente cargado, y que todas las canciones estuviesen guardadas en el iPod. Por el Tuenti, nos pasamos la tarde y la noche diciéndonos lo nerviosos que estábamos. A las 3 de la mañana, ya estaba duchado, y dando vueltas por casa, siempre creyendo que se me olvidaba algo, con mi madre detrás atacada de los nervios.
A las 4 me estaba montando al coche, y el corazón casi se me salía del pecho. A las 4:10 ya veía el instituto, y a todos allí esperando, como siempre, fui el último. Despedidas rápidas con los padres, que estaban casi tan emocionados como nosotros. Nos subimos al bus, nos repartimos por los asientos, comprobamos que estamos todos y que no nos falta nada. Después de un hora aproximadamente, llegamos al aeropuerto, cargados de cosas. Allí empezaba nuestro viaje, y por lo tanto la sesión de fotos con nuestra cara de emoción, oculta por el sueño.
En el aeropuerto empezamos a hablar entre todos y a conocernos mejor. Cogemos los billetes. Cuando lo tuve en mis manos no lo podía creer Coruña-Madrid y Madrid-ROMA, ya casi me sentía en Roma, aunque sabía que quedaban algunas horas de vuelo por delante.
Pasamos el control, con los de Chantanda y Elviña, que también estaban allí. Donde no hubo ningún problema, exceptuando los 2 kilos de pulseras que se tuvo que quitar Nerea.
Allí estuvimos poco tiempo, cogimos el avión, y casi todos íbamos con gente de fuera. Yo, con dos niñas de Chantada muy majas, aunque en ese viaje dormimos más que hablamos.
Llegamos a Madrid, y allí empezó la espera. Lo primero que hicimos fue encontrar un McDonalds y allí todos empezaron a comerse sus hamburguesas, mientras yo disfrutaba de mi bocadillo de tortilla.
Muchas risas, muchos nervios, y mucho sueño. Allí tampoco hubo problemas, excepto que Vero estuvo desaparecida durante media hora, y Nerea creyó haber perdido el móvil en el último memento, pero todo salió bien.
Segundo viaje en avión, estábamos llegando a Roma, y todos estábamos que se nos salía el corazón del pecho. Mirábamos ansiosos por las ventanillas, y cada vez que empezábamos a ver costa creíamos que estábamos llegando. Por fin, después de tres horas, llegamos, y comenzó la semana más memorable de mi vida y creo que la de todos los que allí estuvimos.
Llegamos al aeropuerto, cogimos nuestras maletas(por suerte no se perdió ninguna), y en 20 minutos estábamos montando en el bus que nos condujo hasta el centro de la ciudad, hasta Termini, hasta nuestro hotel, el Siracusa, que nunca olvidaremos. Llegamos al hotel, se nos asignaron las habitaciones, subimos dejamos las cosas y en medio minuto estábamos abajo, ansiosos por empezar la visita por la ciudad. Nos montamos en el bus, y casi desde el primer momento sacamos la cámara y empezamos a llenar las memorias. Vimos los monumentos más importantes e imponentes. Nadie conseguía asimilar que estuviésemos realmente en Roma.
Volvimos al hotel cansadísimos, pero con fuerzas para bajar a tomar el primer trozo de verdadera pizza italiana, que a todos nos supo a gloria. Volvimos al hotel y a dormir, pensando en el día siguiente.
Nos levantamos temprano como siempre, nos duchamos desayunamos, cogemos las cosas y nos vamos hacia el bus, destino Pompeya y Nápoles. Después de unas horitas, con una parada para ir al baño, llegamos a Pompeya. No me podía creer estar allí de verdad, donde habían vivido todas esas personas en la antigüedad y hacían su vida diaria, que ahora nos parece tan fascinante. Vimos las casas, las calles, las tiendas, los dibujos, las termas, todo tan bonito y tan bien conservado. Por supuesto, vimos los moldes de los muertos de Pompeya, que hicieron que un escalofrío me recorriera el cuerpo.
Después, volvimos al bus y fuimos a Nápoles, donde hicimos una visita montados en el bus y tuvimos tiempo para comer una buena pizza y el postre típico napolitano, que solo me comí yo, porque era al único que le gustaban, la fogliatella.
El tercer día fue integral Vaticano. Salimos a una hora bastante decente, y nos preparamos para subir a la cúpula, 351 escalones con ascensor. Pero fueron los mejores 351 escalones de mi vida, y al final de ellos, encontramos la vista más bonita que tuvimos de Roma.
Después de esto, nos encontramos con la guía, y visitamos el interior de la Basílica de San Pedro. Uno de los sitios más bonitos que vimos, en mi opinión. Por la tarde, fuimos al museo del Vaticano, lo mejor sin duda fue la impresionante Capilla Sixtina. Después, agotados, nos volvimos al hotel.
Al día siguiente tocaba levantarse temprano, pero lo que nos esperaba la merecía. Tocaba Coliseo y Foros, estábamos todos dormidos, pero con la cámaras preparadas. Llegamos allí y nos encontramos con nuestra guía Cinzia, que fue la más amena de todas. Recorrimos la mayor parte del Coliseo, donde gasté aproximadamente 100 fotos. Después, toco comer y visitar los Foros. Dónde vimos lugares que seguían bastante bien conservados, como el templo de las vestales. El problema de ese día fue que con la lluvia no pudimos subir al Palatino, ya que estaba lleno de barro.
El miércoles, vimos monumentos e iglesias importantes de la ciudad, por ejemplo el Panteón, la Plaza de España o la Columna de Trajano. Por la tarde visitamos el Castillo de Sant'Angelo. Todo ello precioso.
El jueves, todos estábamos deprimidos, ya casi no quedaba excursión, y se nos había pasado volando. Pero ese día fuimos a Florencia, que por si sola ya es preciosa. Allí vimos iglesias con fachadas increíbles, como la de Santa Cruz y la Catedral de Sta. María del Fiore. En esta ciudad, casi todo lo que veíamos giraba en torno a la familia Medici, que tuvo mucha importancia allí. Y por supuesto, vimos la galería de la Academia, donde estaba nada más y nada menos que el mismísimo David de Miguel Ángel.
El séptimo y casi último día, todos estábamos que nos moríamos del cansancio de pasarnos casi seis días seguidos caminando, así que por la mañana visitamos un museo que no nos dio tiempo a ver entero, porque era muchísimo más grande de lo que pensábamos. En este museo, estaba una de las cosas más impactantes, tenían la primera inscripción en latín, que se encontraba en un pequeño broche.
Después, nos fuimos a comprar regalos para la familia y amigos, fuimos a comer todos juntos por una vez. Cuando acabamos, fuimos corriendo hasta el metro para ir al hotel a dejar las cosas. Al llegar al hotel, estuvimos abajo en cinco minutos, para coger otro metro e ir hasta el museo de Villa Borghese. Allí todos hicimos el esfuerzo de aguantar hasta el final, ya que todo era muy bonito y la historia que se contaba era realmente interesante. Pero el cansancio y el pensar que nos quedaban pocas horas en Roma nos tenía a todos deseando volver al hotel.
Así que volvimos al hotel, y pasamos una divertida última noche, más larga que las demás, ya que nos quedamos hasta más tarde despiertos y disfrutando de lo poco que nos quedaba en Roma.
A la mañana siguiente, desayunamos temprano, bajamos las maletas, no sin antes perder la llave en la sala de desayunos, y nos fuimos a coger el bus que nos llevaría de vuelta a Ferrol.
Después de unas horas de avión, lo único que nos quedaba era el sabor de las pizzas,capuccinos y gelatos, un montón de fotos y los recuerdos de ese estupendo viaje.
Gracias a todos, espero que hayáis disfrutando tanto como yo de este viaje que no habría sido igual sin vosotros.
Y como no, gracias Magdalena por preocuparte tanto por nosotros y ayudarnos en todo.
Roma 2010, en resumen: Inolvidable.
magnifica...
ResponderEliminarAl leer esto solo tengo ganas de volver atrás para poder seguir disfrutando de esos siete días que siempre voy a recordar...
Enhorabuena por esta pedazo de entrada tan currada.Un beso.
ResponderEliminarSin duda, una gran entrada.
ResponderEliminarComo se dice con París... Siempre nos quedará Roma. Ha sido increible. :)
Creo que todos tenemos un gran recuerdo de esta excursion... incluso los que ya habíamos ido el año pasado... fue una experiencia inolvidable!
ResponderEliminarAdemás nos sirvió para conocernos mejor entre nosotros y conocer a más gente! =)
Esperamos que el año que viene podamos irnos a Grecia... =)
ajajajaj las pulseras de Nerea.....
ResponderEliminarajajajaj las pulseras de Nerea.....
ResponderEliminarSon tantos recuerdos que no vamos a olvidar.
ResponderEliminarGracias a cada uno de vosotros por hacerlo tan especial :)
Gracias Dioniso :D
Porfavor Magdalena!! Llevanos este año!!
ResponderEliminarParece un viaje genial,y la descripción es muy completa,me ha encantado esta entrada.
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