miércoles, 15 de junio de 2011

Esto se acaba .

Las despedidas nunca fueron buenas, pero como Galipo me dijo '' No es un adiós es un asta siempre '' y yo llevaré conmigo esa frase. Cuando empezamos el viaje con el Transchronion nunca pensé que me lo pasaría tan bien, ni que conocería a grandes políticos de la época como Galipo o Hesícrates; o que me haría amiga de Eudora. Pero mi viaje no podía acabar aquí, antes de mi vuelta al 2011 tenía que visitar un sitio, así que antes de mi marcha me despedí de todos entre lágrimas y abrazos y utilicé mi máquina para viajar al Período helenístico griego.
Llegué al año 143 a.C, Grecia había sido conquistada por Roma exactamente hace 3 años. Llegué a una calle llena de gente, todo lo contrario de como llegue a Atenas. Me encontré con un joven; se llamaba Marcus, le conté que estaba aquí por poco tiempo, dos días y que me gustaría saber como estaba viviendo él este periodo. Sin duda alguna no me había encontrado con un niño cualquiera, a él le gustaba tanto la política como a mi, y aunque tuviera mi edad sabía más que otros.
En los dos días que estuve en Grecia me explicó que el poder político quedó en manos de los hijos de Alejandro Magno después de su muerte; las ciudades griegas sufrieron cambios significativos en la estructura política y social. Grecia pasó a ser la Grecia de las ciudades a la de los reinos. El poder está en manos de los príncipes que son los jefes de sus ejércitos; y que administran el país por medio de sus representantes o gobernadores, pero la diferencia más significativa que existe entre este período y el clásico, es que la diplomacia se manifiesta, no solo en lo político y militar, sino también en el campo de las artes.
Los veteranos griegos del Ejército al igual que soldados jóvenes, negociantes, comerciantes y eruditos se instalan en ciudades y se introduce la cultura y la lengua griega. Así, Alejandro extendió ampliamente la influencia de la civilización griega y preparó el camino para los reinos del periodo helenístico y la posterior expansión de Roma.

Después de todo esto, mi tiempo se acaba y otra vez me tuve que despedir de mi nuevo acompañante; ahora toca volver a la normalidad aunque nunca nos podremos olvidar de esta experiencia.

2 comentarios:

  1. Muy interesante lo que te contó el joven Marcus, tuviste suerte de econtrártelo.
    Un saludo

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  2. Enhorabuena por tus relatos, Raquel. Aprendiste mucho y lo contaste muy bien.
    Nos vemos pronto
    Magdalena

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