¡Hola blogueros del Taller de Atenea!
Me he decidido a hacer una entrada para vosotros, a ver si os gusta. Como no sabía que tema escoger, recordé que en mi presentación de powerpoint de clase de latín sobre la monarquía en Roma, salieron los libros sibilinos en pantalla y os invité a que buscáseis porque si no se me alargaba mucho la presentación. En definitiva, ese es el tema que escogí:
La sibila es un personaje de la mitología de Grecia y Roma. Se trata de una profetisa capaz de conocer el futuro. Existe el mito que cuenta que una joven, hija del troyano Dárdano y de Neso (hija del gobernador Teucro), estaba dotada con el don de la profecía, además de una gran reputación como adivina. Esta joven se llamaba Sibila, las mujeres que desde entonces ejercieron la capacidad de profetizar se las conoce como sibilas.
Las sibilas habitaban en grutas o a orillas de corrientes fluviales. Manifestaban sus profecías en estado de trance y las expresaban por hexámetros griegos que se transmitían por escrito.
Los primeros escritores griegos (entre ellos Heráclito o Platón) hablan sólo de una sibila, la cual se cree que es Herófila, la que profetizó la guerra de Troya. Más tarde salieron otras a escena, siempre acompañadas del nombre de procedencia; ellas son: Sibila de Samos, Sibila de Helesponto, Sibila frigia, Sibila cimeria, Sibila délfica, Sibila de Cumas, Sibila libia, Sibila tiburtina (Albunea), Sibila pérsica o babilónica, y la ya mencionada Herófila.
La más importante de la mitología romana es la sibila de Cumas.
El pintor Miguel Ángel plasmó en la Bóveda de la Capilla Sixtina, intercaladas con cinco profetas, las cinco sibilas más destacadas de su época: la Sibila eritrea, la pérsica, la libia, la cumana y la délfica.
Pero bueno, ahora que tenéis una idea de las sibilas os cuento de qué van los libros sibilinos que surgieron en mi presentación de clase:
Según la tradición la Sibila de Cumas se presentó al séptimo rey de Roma, Lucio Tarquinio el Soberbio, como una anciana ofreciéndole nueve libros proféticos a muy alto precio. Tarquinio no aceptó, pues los quería a menor coste. La sibila destruyó entonces tres de los libros. Luego le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio. El rey volvió a negarse y la sibila destruyó otros tres. Pero Traquinio con miedo a que al final desapareciesen todos ellos, compró los tres que quedaban al precio inicial de los nueve libros.
Estos tres libros fueron guardados en el Templo de Júpiter de Roma, siendo consultados en situaciones muy especiales. Son los llamados libros sibilinos, los cuales estaban escritos en griego, en hojas de palmera y posteriormente en papiro.
Pero en el año 83 a.C. el fuego los destruyó por lo que se mandó buscar más en regiones del Imperio.
-Etimología de sibilino:
La palabra "sibilino" viene del latín sibyllinus, que designa el lenguaje o expresión deliberadamente ambigua, que se enuncia oscuramente, de modo que puede significar una cosa u otra. Sibyllinus es un derivado de sibylla ( préstamo del griego σιβυλλα), el nombre genérico de las sacerdotisas oraculares cuyas respuestas dadas en estado de manía eran siempre oscuras y objeto de diversas interpretaciones.
Bueno, hasta aquí mi entrada, creo que me ha quedado un poco larga, pero espero que de todos modos os guste :)
Muy interesante Juanma :)
ResponderEliminarme ha gustado pero creo que el nombre sibilinos te lo has inventado XD.
ResponderEliminarMuy bien, Juanma. Tema original y bien trabajado.
ResponderEliminarMuy buena entrada Juanma, no se como te puede dar tiempo a escribir estas entradas y estudiar pff, me ha gustado mucho
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