Cuando ya habíamos dejado todo allí, salimos a recoger algunas frutas para comer algo y vimos unas setas que tenían muy buena pinta así que nos las comimos y unos minutos después empezamos a sentir unos mareos, más tarde Pablo creía ser un koala, Samuel un hipopótamo y yo una golondrina.
Empezamos a comportarnos como si realmente fuésemos animales de esa especie y nos dirigimos corriendo a un pequeño monte donde después de unas horas se nos pasaron los efectos. Cuando nos dimos cuenta de que estábamos allí empezamos a mirar a nuestro alrededor y desde allí pudimos observar una gran ciudad a lo lejos, a unos 5 kilómetros de nuestro punto actual.
Volvimos a por las cosas a la cabaña y nos dirigimos a la ciudad. Cuando llegamos, vimos a un montón de gente paseando y trabajando, todos nos miraban mal por nuestras extravagantes vestimentas así que decidimos "tomar prestado" algo de ropa (Un par de togas, dos subligares, una stola, una fascia y calzado) de un tendal para pasar desapercibidos. Preguntamos a todo el mundo si sabía algo del "transchronion" pero todo era no por respuesta, nos comunicamos con el poco latín que sabía Pablo, pero no fue suficiente. Nos dirigimos a la bibliotheca de la ciudad para intentar encontrar allí alguna enciclopedia o libro que contenga alguna referencia sobre el transchronion, le preguntamos al encargado del lugar si sabía algo sobre el tema y nos dijo que le sonaba haber visto un libro que le había llamado mucho la atención debido a la complejidad sobre la que hablaba en la que se mencionaba algo sobre viajar en el tiempo.
Tras encontrar ese libro, nos dispusimos a leerlo y nos sorprendimos ya que hablaba sobre una época futura (en la que nos encontrábamos nosotros ahora mismo) con mucha seguridad de que todo iba a suceder de esa forma como si la persona que lo escribió ya hubiese viajado a este momento usando una máquina que por la descripción que daba de ella parecía ser igual a nuestro transchronion, la persona que lo escribió se hacía llamar Benigno, el encargado nos contó que no estaba bien visto hablar del futuro por lo que seguramente Benigno sólo sea un pseudónimo para ocultar su identidad.
Estaba oscureciendo así que nos alojamos en la casa de aquel encargado que también muy interesado en el tema, amablemente nos ofreció cobijo.
Al despertar salimos a la calle a buscar y nos encontramos con una revuelta en la que nos vimos involucrados y acabamos en los calabozos donde allí un paisano con aires de grandeza nos preguntó de dónde veníamos por qué teníamos unas pintas muy raras refiriéndose a nuestro pelo, se había identificado como Libertus, un esclavo de Honorio, el emperador de Occidente, al darnos este dato supimos que la época en la que estábamos era el año de la división del Imperio Romano y que estábamos en la ciudad de Milán ya que era la capital.
Nos preguntó cómo nos llamábamos y rápidamente tuvimos que pensar unos nombres romanos para no llamar la atención, Samuel se hizo llamar Tiberius, Pablo se hizo llamar Spurius y yo me hice llamar Acia.
Nos informó de que Honorio había dado la orden de que nos trasladasen a su palatium.
Mientras nos dirigíamos allí, vimos campamentos de pueblos bárbaros que se había aliado para servir al ejército romano ya que hacía mucha falta la ayuda militar en esos momentos por las numerosas guerras debido a conflictos políticos unidos a las revueltas ocasionadas por la profunda crisis y de los saqueos e invasiones de las tribus bárbaras como Vándalos, Suevos, Francos, Alanos y sobre todo la tribu de los Hunos que en varias ocasiones ya habían cruzado el río Rin agotando la resistencia de la ciudad.
Cuando llegamos conocimos a Honorio y nos explicó que había sido un accidente lo de tenernos como prisioneros pero se debía a que Roma estaba pasando por un mal momento y nos contó que la situación política era inestable y se habían producido muchas guerras civiles, si seguían así iban a acabar con todo el Imperio y eso les había llevado a necesitar mucha seguridad en las calles aunque la situación no mejorase. Nos ofreció ir a hablar con él al Coliseo para no levantar sospechas ya que creía que querían quitarle el trono y que conspiraban a sus espaldas. Cuando llegamos estaban realizando una lucha entre fieras y esclavos con el fin de que las fieras se los comiesen para el entretenimiento del público pero a nosotros nos pareció muy cruel.
Honorio nos preguntó de donde veníamos a lo que le respondimos "de un lugar lejano" y allí empezó la solución a nuestros problemas.
Tras encontrar ese libro, nos dispusimos a leerlo y nos sorprendimos ya que hablaba sobre una época futura (en la que nos encontrábamos nosotros ahora mismo) con mucha seguridad de que todo iba a suceder de esa forma como si la persona que lo escribió ya hubiese viajado a este momento usando una máquina que por la descripción que daba de ella parecía ser igual a nuestro transchronion, la persona que lo escribió se hacía llamar Benigno, el encargado nos contó que no estaba bien visto hablar del futuro por lo que seguramente Benigno sólo sea un pseudónimo para ocultar su identidad.
Estaba oscureciendo así que nos alojamos en la casa de aquel encargado que también muy interesado en el tema, amablemente nos ofreció cobijo.
Al despertar salimos a la calle a buscar y nos encontramos con una revuelta en la que nos vimos involucrados y acabamos en los calabozos donde allí un paisano con aires de grandeza nos preguntó de dónde veníamos por qué teníamos unas pintas muy raras refiriéndose a nuestro pelo, se había identificado como Libertus, un esclavo de Honorio, el emperador de Occidente, al darnos este dato supimos que la época en la que estábamos era el año de la división del Imperio Romano y que estábamos en la ciudad de Milán ya que era la capital.
Nos preguntó cómo nos llamábamos y rápidamente tuvimos que pensar unos nombres romanos para no llamar la atención, Samuel se hizo llamar Tiberius, Pablo se hizo llamar Spurius y yo me hice llamar Acia.
Nos informó de que Honorio había dado la orden de que nos trasladasen a su palatium.
Mientras nos dirigíamos allí, vimos campamentos de pueblos bárbaros que se había aliado para servir al ejército romano ya que hacía mucha falta la ayuda militar en esos momentos por las numerosas guerras debido a conflictos políticos unidos a las revueltas ocasionadas por la profunda crisis y de los saqueos e invasiones de las tribus bárbaras como Vándalos, Suevos, Francos, Alanos y sobre todo la tribu de los Hunos que en varias ocasiones ya habían cruzado el río Rin agotando la resistencia de la ciudad.
Cuando llegamos conocimos a Honorio y nos explicó que había sido un accidente lo de tenernos como prisioneros pero se debía a que Roma estaba pasando por un mal momento y nos contó que la situación política era inestable y se habían producido muchas guerras civiles, si seguían así iban a acabar con todo el Imperio y eso les había llevado a necesitar mucha seguridad en las calles aunque la situación no mejorase. Nos ofreció ir a hablar con él al Coliseo para no levantar sospechas ya que creía que querían quitarle el trono y que conspiraban a sus espaldas. Cuando llegamos estaban realizando una lucha entre fieras y esclavos con el fin de que las fieras se los comiesen para el entretenimiento del público pero a nosotros nos pareció muy cruel.
Honorio nos preguntó de donde veníamos a lo que le respondimos "de un lugar lejano" y allí empezó la solución a nuestros problemas.
Aunque Sergio y yo estemos en Grecia nos encantaría saber quien es el escritor de ese libro tan misterioso sobre el transchronion. Buscaremos por Grecia a ver si alguien sabe algo o hay algún otro libro.
ResponderEliminarEspero que vuestro viaje acabe bien y volvais sanos y salvos para no preocupar a Magdalena.
Que bien que las cosas os vayan mejor, Andoni y yo estamos en la batalla de Salamina con el ejército Persa por error. No hablamos con nadie del transchronion por miedo a que nos tomen de locos.
ResponderEliminarAzucena se echó a volar, ¿no?
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