Hoplita Espartano

   Tras una larga discusión decidimos ir a conocer el ejército Espartano, un ejército que tuvo fama de ser muy fuerte. Fuimos al año 750 a.C cuando Esparta se embarcó en una expansión.

Para conocer bien el ejército espartano pensamos que deberíamos hacernos amigos de un soldado llamado Leandro, el cual era un hoplita, iba vestido con su coraza de bronce que imitaba los músculos del torso y su casco de ese mismo metal, y el escudo circular, que según nos dijo se llamaba aspis, y era de bronce. Nos contó que nunca podían perder su escudo, ya que se decía: "Vuelve a casa con este escudo, o sobre él". El escudo llevaba un símbolo, y le preguntamos qué que era ese símbolo y contestó que era el símbolo de su familia.Para conversar más tranquilamente con él decidimos ir a una taberna, y nos invitó a una copa de οἴνος (vino). Nos iba a explicar como era la técnica de combate de los hoplitas. Nos empezó diciendo que la fuerza de los hoplitas estaba en el combate sorpresa. Los dos ejércitos chocaban con la esperanza de romper o rodear la línea enemiga. De no ser posible esto, la batalla se convertía en una serie de empujones, con la retaguardia intentando que el frente penetrase en la línea enemiga. Esta maniobra era conocida como el othismos. Las batallas no duraban más de una hora. Una vez que una de las líneas se rompía, los vencidos escapaban del campo, seguidos por la caballería o los peltastas. Si un hoplita escapaba, en ocasiones se le obligaba a dejar su voluminoso aspis, y caía en desgracia para su familia y amigos. Las bajas eran leves comparadas con las batallas más cercanas a nosotros y raramente superaban el cinco por ciento en el bando perdedor, pero en estas bajas solían estar los ciudadanos más importantes y los generales que lideraban la vanguardia. Los espartanos siempre luchaban hasta la muerte, nunca huían.

   Nos quedamos charlando y bebiendo con él y cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde y no teníamos donde alojarnos. Como vió nuestra preocupación por no saber donde dormir nos dijo que nos quedáramos en sus tierras, las cuales tenía tan solo por el hecho de ser soldado. A los tres nos pareció una buena idea, asi que nos quedamos allí a dormir y esperar a nuestro próximo viaje.