Aparecimos 10 años después de nuevo en la playa, y tras comprobar que ninguno de nosotros estaba herido nos decidimos a presentarnos en el campamento Persa.
Cuando Jerjes nos vio llegar se dibujó en su rostro una tierna sonrisa.
-Pensaba que habíais muerto amigos míos,ya hace diez años que no os veo...-Nos dijo.
-Estamos bien, no se preocupe por nosotros.-Contestó Sabela P. al momento.
-Nos atraparon los Atenienses y nos hicieron sus prisioneros para que les dijéramos donde se ocultaba el campamento Persa._Se inventó Sergio.-Por supuesto no les dijimos nada.
-Bueno, lo importante es que ahora estáis bien. No sé si sabéis que hemos perdido la batalla.-Dijo esta vez seriamente.
-Ya nos enteramos.-Contestó Verónica apenada.
-Bueno, no hay que ponerse tristes, lo importante no es perder una batalla sino ganar la guerra, además esta vez iré yo al mando en lugar de mi padre, así ampliaremos las fronteras de nuestro gran imperio.-Nos animó Jerjes.-Venir a ver el gran ejército que he reunido.
Seguimos a nuestro amigo Persa hasta la parte trasera del campamento y quedamos realmente asombrados. Eran aproximadamente unos 300.000 guerreros todos colocados en filas y dispuestos a partir, dirección Atenas, en cualquier momento.
Cuando Jerjes dio la orden, avanzamos conquistando territorio a cada paso que dábamos, las ciudades iban cayendo una tras otra, razón por la cual el nombre del líder Persa era temido en todo lugar.
Ya casi habíamos logrado nuestro cometido, pero como nosotros sabíamos que pasaría, fuimos detenidos antes de llegar a Atenas en las Termópilas.
El lugar era mucho más bonito de lo que previamente imaginamos, destacaba por sus preciosos manantiales y sus altas montañas, como pudimos comprobar la zona sería muy fácil de defender, ya que se trataba de un estrecho, pero era la puerta de entrada a Grecia por lo que aunque con el miedo en el cuerpo y la vista en todas partes, avanzamos lentamente.
Nos encontramos de frente con unos 300 Espartanos que diferenciamos a la perfección gracias a todo lo que nos contó Magdalena, nuestra profesora de Cultura Clásica, sobre ellos en el segundo trimestre. A decir verdad su aspecto era terrorífico. Todos los soldados llevaban un escudo cóncavo de madera en cuya cara estaba representada la letra lambda por lo que dedujimos que dicha letra era el símbolo de Esparta.Vestían una coraza esculpida de bronce y estaban armados con una lanza de unos dos metros, además de con una espada corta que por lo que posteriormente comprobamos usaban en el combate cuerpo a cuerpo.
-Nosotros no vamos tan armados como ellos.-Se quejó Alejandro.
-No te preocupes por eso.Nosotros les superamos en número.-Le respondió César con una sonrisa.
-Contamos con los 10.000 inmortales, es lo mejor que posee el ejército Persa, nuestro cuerpo de élite. Los Griegos creen que cuando uno muere otro substituye su lugar, esto es solo un mito pero no os preocupéis. No creo que luchen en semejante desventaja.-Comentó Jerjes.
Al quinto día a nuestro rey se le agotó la paciencia y le exigió a Leónidas, rey de los Espartanos, un hombre de unos 50 años aproximadamente, que entregara las armas. Leónidas se negó a cumplir los deseos de Jerjes, razón por la cual el Persa instauró su trono en la colina más cercana y ordenó el comienzo de un ataque. Jerjes se estaba impacientando, lo veíamos sufriendo por la derrota que creía inminente.
Cuando estábamos dispuestos a marcharnos y continuar con nuestro camino un Griego se aproximó a Jerjes y le contó que había un camino que rodeaba las montañas y desembocaba en la retaguardia Espartana. Esto mismo transformaba a Efialtes, que así era como se llamaba el susodicho, en un traidor Griego. A cambio de esta importante revelación Efialtes fue acogido por el ejército Persa y el rey prometió colmarlo de oro y joyas.
Llegado a este punto, y conociendo ya el desenlace tanto de esta batalla como de la de Salamina decidimos despedirnos definitivamente de nuestros amigos los persas.
-Jerjes, tenemos que partir esta vez definitivamente.-Le dije al rey Persa muy apenada.
-¿Entonces ya no volveremos a vernos?-Preguntó Jerjes al cual pareció no gustarle mucho esta noticia.
-Desgraciadamente no...-Contestó Verónica.-De todas formas gracias por todo Jerjes, ha sido toso un honor luchar a vuestro lado.
-Pasarlo muy bien donde quiera que vayáis.-Dijo Jerjes intentando hacerse el fuerte y ocultar una lágrima que resbalaba por su mejilla.
-Adiós!-Respondimos todos simultáneamente.
Nos echamos a caminar, y cuando nos aseguramos de que nadie podía vernos cogimos el transchronion e introducimos la siguiente fecha...
Quizá la razón de que los Persas perdieran las Guerras Médicas no fuese otra que el vacío que le dejamos al pobre Jerjes al desaparecer para siempre.
8 comentarios:
Me parece una entrada muy interesante contada desde un bando del que no tenemos mucha información ya que esta batalla siempre es contada a favor de los Griegos. Pero no entiendo vuestro afán por encontraros siempre con el bando perdedor, aunque me pareció una manera muy interesante de finalizar. Pobre Jerjes...
Me parece una entrada muy interesante y con mucha información , bastante bien elaborada. me gusta mucho
Es una entrada fabulosa, bastante emocionante , muy bonita, cuando la estaba leyendo me fascinó demasiado, enhorabuena
La entrada combina bien los hechos históricos con vuestra presencia, aunque en mi opinión tendríais que haberos quedado a ver el final de la batalla.
La entrada esta genial redactada y es muy amena y interesante, aunque estoy de acuerdo con Julio en que estaría bien que os quedarais un poco mas allí para contarnos el final.
me parece muy interesante y emocionante que cuente los echos tan cercanamente me parece que te mete mas en el papel.
Me parece una entrada muy buena,interesante y fascinante ya que parece como si estuvieras allí de verdad.Sobre todo me gustó como está hecho.La verdad es que fue un acontecimiento muy importante para los griegos.
Se hace normalmente poca crítica de Heródoto y de su capacidad de tergiversar los datos. En todo caso, un artículo muy bien trenzado. Os dejo unos vídeos para ampliar: https://gabrielrosselloblog.wordpress.com/2017/02/20/la-verdad-sobre-la-batalla-de-las-termopilas/
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