Otro de los destinos que hemos visitado en este viaje es la isla de las sirenas. Si, esos seres, con cuerpo de mujer y cola de pez. Investigamos antes de viajar con nuestro Transchronion a la isla. Las sirenas de aquella época no se parecen en nada a la idea que tenemos ahora de ellas. Eran una especie de criaturas, por decirlo así, no muy agraciadas, que encantaban a los marineros con sus cantos, y estos quedaban completamente encantados, lo que no sabían es que después acabarían muertos.
Comenzamos nuestro viaje hacia la isla de las sirenas, esta vez, decidimos ir a pie para no hacer mucho ruido, ya que esta vez corríamos un gran riesgo.
El barco de Odiseo lanzó su ancla al mar para parar a descansar. Ahí aprovechamos para subir, porque queríamos vivir en primera persona lo que Odiseo hacía.
Después del descanso, divisaron las figuras de las sirenas.
Odiseo le dijo a sus hombres que lo atasen al mástil del barco, que quería oír el canto de las sirenas, que por nada de el mundo, por mucho que el lo pidiera, lo desatasen.
A ellos les dio la orden de ponerse cera en los oídos par no escuchar, y así hicieron.
Y os preguntareis, ¿Que hicimos nosotros para no escuchar el canto?.
Como ya dije en otra de mis entradas, todos llevábamos nuestro teléfono móvil, y lo que hicimos fue coger unos cascos y conectarlos al móvil con música para no escuchar los cantos.
Cuando pasábamos por al lado de las sirenas, lo único que veíamos era a Odiseo intentando desatarse, veíamos como gritaba, y como miraba a su tripulación con cara de angustia.
Finalmente, pasamos la isla de las sirenas y llegamos a mar abierto.
Odiseo, les contaba a sus compañeros lo maravilloso que era el canto de una sirena, y como lograba controlarle.....
3 comentarios:
Fue muy astuto llevar cascos para no oir a las sirenas.
Hola Myriam!
Buena entrada. Mola cuando utilizáis los cascos para no poder oir el canto de las sirenas.
Siempre me ha gustado mucho la historia de la isla de las sirenas, y ésta nueva versión con los cascos es bastante ingeniosa. A mi también me habría gustado poder escuchar el canto de las sirenas atada a un mástil.
Publicar un comentario