Lugo, el asentamiento urbano más antiguo de Galicia, se eleva sobre el antiguo emplazamiento de un castro galaico. Alrededor del año 25 a. C. se establece cerca de este castro un campamento militar. Lucus Augusti nace bajo el contexto de las guerras cántabras de Octavio Augusto y lo hace como campamento base para la conquista de Galicia. Posteriormente, en nombre del emperador, Paulo Fabio Máximo funda "Lucus Augusti" sobre este campamento. A partir del año 50 se asiste a la expansión de la ciudad con el asentamiento de galaicos de los castros próximos. Posteriormente la ciudad se convierte en un importante núcleo urbano, representativo de la cultura y modo de vida romano. Como símbolo de la ciudad y por encima de todo tenemos la Muralla romana de Lugo. La romanización de esta zona de la Península, donde se encuentra la propia Lucus Augusti, comienza en la segunda mitad del siglo II a.C. Es a partir de este momento cuando el noroeste de la península comienza a sufrir las primeras visitas de los romanos.
La muralla romana de Lugo se considera como uno de los mejores ejemplos conservado de recinto fortificado de la época romana en Europa. El perímetro es de unos 2 kilómetros. La ciudad fue dotada en el Bajo Imperio de un muro de defensa que ha perdurado, con escasas reformas, hasta la actualidad. La muralla, coronada por 85 poderosas torres, delimita el casco histórico de la urbe gallega y ha pasado de ser un obstáculo para su evolución y crecimiento a ser un monumento integrado en la estructura urbana y fuente de riqueza turística. Consta de 10 puertas que unen las dos partes de la ciudad y su paseo de ronda se ha convertido en una calle más para que los propios habitantes de Lugo y los turistas paseen. La muralla de Lugo es declarada patrimonio de la Humanidad el día 30 de noviembre del año 2000.
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