Viaje a la antiguedad

Un día , como otro cualquiera, caminando por nuestro instituto, nos encontramos con nuestra profesora de Cultura Clásica con una gran sonrisa que centelleaba un poco de misterio.

Nosotros sorprendidos le preguntamos que por qué así tal alegria y gracias a esto y tras una conversacion de pregunta - respuesta concluyó que esa alegría que tenía era porque había descubierto una pequeña caja de aspecto misterioso guardada en un lugar ( que no nos quiso decir ) .

Dicha caja se trataba del maravilloso e importante transchronion que nos dará la oportunidad de transportarnos a tiempos de Roma, en concreto, a conocer y a poder entrar en el ejercito romano.

Nuestro destino sería un pequeño pueblo a las afueras de Roma , Marino . Como un golpe de suerte , incierta por nuestra parte ...

¡¡ Puff !!

Aparecimos en dicho lugar sin saber y sin tener conocimiento alguno de que hacer ante tal sorpresa, en la que nos estabamos viendo, y sorprendidos, ante los cambios en nuestra ropa que habían sido cambiadas por inmensos trajes .

Nos encontrabamos en el foro de dicho pueblo (donde se situan los edificios principales ) para gran sorpresa que ante tanta gente alguien de nuestro grupo ( Marta , Sergio , Cristian ) tendría la genial y esperada pregunta de pedir ayuda para poder encontrar un sitio donde alojarse. Para vuestra información fue ella quien preguntó a un joven que acompañado de un mayor, nos situó nuestro camino hacia una especie de hostal .
Tras un largo camino , callejeando entre voluptuosas y largas calles y preguntando a la gente para que nos situara, llegamos a nuestro queridismo destino , una domus que brillaba por su lujo nada mas ver su fachada .

Al recibirnos , conocimos al dueño de dicha casa , Marcus Antonio , que nos habló brevemente de la organizacion de la domus y de los servicios que ofrecia . También nos preguntó que de donde veniamos fue ahí donde hubo un cruce de miradas entre nosotros tres ante la certeza de que no podiamos decir la verdad porque sino nos trataría como extraños . Ante todo le contestamos que eramos de un pequeño pueblo de la peninsula ibérica y que habíamos venido hasta aquí para conocer el ejercito romano .

Ante la atenta mirada de Marcus , nos llevo hasta nuestra habitación que se encontraba en un tercer piso , y nos dió información que más tarde nos seria necesaria , como ingeniárnoslas para entrar en el ejercito de Marino , el pueblo en el que nos encontrabamos .

Como teniamos demasiada hambre por el sufrido día que habíamos pasado , el dueño , nos deleitó con unos inmensos platos de frutas frescas ante nuestro descontento ya que nos esperabamos otro tipo de comida mas habitual a esas horas . Ante todo se lo agradecimos , y como era tarde , aprovechamos y antes de acostarnos , por la ventana, observamos lo bonita que puede ser una noche en Marino.