Viaje al mundo anterior. Parte 2

-¡Auch!
-Shh, cállate -susurra Fonsi intentando levantarse -Auh...
-¿Dónde estamos? -digo intentando ver algo.
-Pues no sé, pero no veo nad-...
-¡Espera, espera...! -levanto algo y la luz me ciega por un momento.
-¡Apaga la luz!
-Es luz natural, -nos levantamos y salimos de la caja de donde estábamos.

-Narra mi compañero Fonsi-
 
Después de salir de la caja, ¡estabámos en un teatro romano!, está recién construído, ¡es enorme!; pero antes de nada, nos dimos cuenta de que el transchronion se había roto: ¡teníamos que buscar una manera de arreglarlo!, pero también nos hemos dado cuenta que la caja era parte del atrezo de la anterior obra de teatro, deberíamos salir de ahí antes de que nos pillen, o alguien nos encontraría.
Nos fuimos rápidamente de allí (aunque tuve que empujar a mi compañera ya que se había quedado quieta, mirando todo a su alrededor con impresión) y acabamos en medio de un mercado.
Toda la calle estaba llena de gente, y había puestos por los dos lados, llenos de telas, frutas y muchas otras cosas.

-Uhh, necesito irme de aqui, odio las compras, me dan...alergía- dice la más bajita, y al terminar, finge un estornudo.
-Ajá, claro...- Me voy caminando hacia las tenderetes.
-Vamos- dice siguiéndome.

Nos acercamos a un tenderete y miramos todo lo que hay con asombro.

-Que guay...- dice Noe.
-Ya ves.
-¿Qué quieres comprar?
-Bueno, de algún sitio tendremos que sacar las piezas para arreglar el transchronion, ¿no?
-Ah, supongo... ¿Pero de verdad piensas que encontraremos algo aquí, en el medio de la nada?
-Habrá que intentarlo.
-¿Y acaso tú sabes lo que necesitamos o como...?
-Cállate y sígueme -la interrumpo -He visto algo que creo que nos servirá.
-Vale, don Mandón... -vamos hacia donde dije y empezamos a mirar.
(...)
Luego de un rato, conseguimos encontrar lo que parece ser la última pieza que necesitamos en la última tienda.

-¡Buenas tardes! ¿Qué necesitan? -dice el tendero.
- Hola, em, queríam-... -empieza a hablar Noe cuando la interrumpo.
-Queremos esto -señalo lo que necesitamos y el tendero nos sonríe.
-Bien, son 500 monedas.
-No tenemos.
-¿Y ahora qué?- pregunta preocupada.
El tendero volvió a sonreír.

-Tomad, os lo doy gratis- dice él de forma misteriosa.
-¿Eh?¿Por que?- digo.
-Calla- susurra-  Muchas gracias.
-No es nada, que os vaya bien en... ¿A que siglo vais?

Nos quedamos callados, con los ojos como platos.

-¡¿Qué?!- grita ella.