El sitio de Numancia

Numancia era un asentamiento celtíbero, cerca de lo que hoy en día es Soria. Este asentamiento era de los más destacables en el norte de la península. Con la continua expansión romana por la península ibérica, con el objetivo del control del mediterráneo, era previsible el enfrentamiento entre el Imperio en expansión y esta potencia local.

El primer enfrentamiento data del año 153 a. C., en el que 30.000 romanos, dirigidos por Quinto Fulvio Nobilior se enfrentaron a Numancia. La previsión de este enfrentamiento hizo que el Senado le diese el mando del ejército el 1 de enero, en vez del 15 de marzo, el cual era el día habitual para el comienzo de las campañas militares. Esto fue así por culpa de que, si el ejército se organizaba en marzo, no empezaría a luchar hasta junio como mínimo, y el clima en la zona empeora a mediados de septiembre, lo cual dificultaría la campaña. Es por esto que se decidió adelantar el comienzo del año oficial hasta enero y poder librar una campaña más extensa contra Numancia, marcando a su vez este hecho el comienzo del año nuevo en nuestro calendario

Cuando llegaron a la ciudad, esta había reunido un ejército de unos 25.000 hombre. Mientras los romanos avanzaban por un valle cercano al Duero, el ejército numantino, que estaba emboscado, se abalanzó sobre ellos y mató a más de 10.000 romanos..

La ciudad ya había ganado prestigio por esta gesta, pero tras volver a derrotar en el año 139 a.C. a otro ejército romano (constituído por 30.000 infantes y 2.000 jinetes) se convirtió en un auténtico icono de la resistencia ante los romanos. En el año 138 a.C. un ejército romano de 20.000 hombres fue rodeado y derrotado por apenas 4.000 numantinos.

Tras estas derrotas que humillaban a Roma, el senado decidiò enviar a su general más capaz, Publio Cornelio Escipión (nieto del vencedor de Aníbal), para acabar con la ciudad de una vez por todas. En octubre del año 134 a. C. comenzaron los preparativos para, visto que en combate abierto sus predecesores no habían conseguido un gran éxito, rodear Numancia y obligarla a rendirse por hambre.

Bajo el mando de Escipión, se empezaron a construír fosos y empalizadas para proteger a los soldados romanos y se levantó un muro de 2 metros de ancho y 3 de alto con torres cada 30 m de muro. En estas torres había catapultas, ballestas y otras armas de asedio que sirvieran para atacar desde la distancia. Además, esta muralla estaba protegida por 7 campamentos romanos. El total de sus efectivos sumaba los 60.000 hombres.

Tras quince meses de asedio la ciudad cayó. Muchos de sus habitantes prefirieron el suicidio a la muerte a manos de los romanos. A mediados del verano del 133 a.C,  la ciudad se rindió. Apenas quedaban unos pocos numantinos, casi muertos de hambre. La ciudad estaba devastada, pero tras su conquista, fue demolida y se prohibió su reconstrucción.