Primero empezaremos hablando un poco de Bosra. Esta, es una ciudad del sur de Siria, en la Gobernación de Dar´a, capital de la región de Haurán, situada a 150 kilómetros de Damasco. Su ciudad antigua fue declarada patrimonio de la humanidad en 1980 por Unesco. Su nombre fue mencionado por los faraones egipcios Tutmosis III y Akhenaton en el siglo XIV a.C. Su monumento más destacado es el teatro romano, levantado en el siglo II d.C. y con capacidad para quince mil espectadores. Está considerado uno de los teatros mejor conservados del mundo romano, sobresaliendo su galería superior bajo la forma de un pórtico cubierto. Debemos agradecer su buen estado de conservación a los árabes omeyas, que levantaron un fuerte en sus proximidades, englobando al teatro en la estructura del mismo.
En Bosra podemos contemplar un buen número de ruinas romanas, destacando entre ellas los baños palatinos, templos o puertas monumentales. La época bizantina está magníficamente representada por la basílica de los mártires Sergio, Baccho y Leoncio, la catedral de Bosra, finalizada por el arzobispo Juliano en el 513 d.C. Esta cuenta con una planta central, con un ábside en el este, flanqueado por dos sacristías. Al igual que el resto de provincias, los romanos construyeron un elemento típico, las termas abovedadas. Estas mantienen los sillares de prácticamente toda la estructura, conservando las salas anexas hasta prácticamente la altura del techo. Las termas disponían un acceso desde el decumano ya que frente a ella se encontraba el ninfeo.
El ninfeo era un templo o espacio dedicado a las ninfas, repleto de fuentes ornamentales que facilitarán el contacto con ellas, era un espacio de relajación. En Bosra está compuesto por una columnata de capitales corintios de las que solo se conservan cuatro en pie, en sus alrededores puede verse la ornamentación que representaría el espacio. Junto al ninfeo hallaríamos los restos de foro del que solo se conserva un criptopórtico subterráneo de galerías.
Tras la palestra de las termas termas encontramos los restos de un templo (Kalibé) del que se conserva una columna sobre pedestal y un arquitrabe decorado, la columna algo estrecha respecto a su altura y está rematada con un capitel corintio de apariencia helenística. Otra de las columnas llamadas pilastras, están insertadas a un segmento de la pared de celda y está consagrado a un dios local, sin embargo lo más probable es que esta deidad fuera producta de la mezcla de varias culturas, pues parece ser que la efigie del dios se mostraba en el exterior y no en la celda. Este ha sido uno de los edificios más dañadas por la guerra que azota a Siria.
Siria es o era un gran ejemplo de confluencia de diferentes civilizaciones, mantener su memoria es mostrar sus recuerdos más valiosos, dar la espalda a la guerra y enseñar aquello que les hizo grandes
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